Aunque no siempre es fácil de creer, existen aún muchas personas que escuchan hablar por primera vez de una licitación electrónica o de una plataforma de licitación pública electrónica y simplemente entran en una especie de pánico. Es decir, las reacciones primarias son dos y se contraponen: por un lado, se sabe que la posibilidad de licitaciones electrónicas es prometedora y, por otro lado –generalmente por desconocimiento- aterradora. Ahora hablemos de ti, desde tu propia perspectiva personal, ¿tienes claro cuáles serían los beneficios y si existe acaso alguna posible desventaja si comenzaras a trabajar con alguna solución de licitación pública electrónica? ¿Sientes que no estás capacitado? ¿Qué tendrá que pasar para que las personas en general se sientan cómodas y seguras cuando utilicen una plataforma de tramitación de expedientes licitación en formato electrónico?
Por allí viene nuestro análisis, y por las dudas que seas ciento por ciento novato en el tema, dedico un párrafo a responder ¿Qué es la licitación electrónica? La licitación electrónica es simplemente un proceso de licitación que cumple con todas las fases del proceso tradicional, pero el cien por ciento del mismo se realiza en línea. Vale decir: nadie se desplaza ni para abrir o colocar ofertas ni para responderlas. Todo es on line, desde su computadora. ¿Cuáles son las ventajas que supone trabajar con una plataforma de licitación electrónica? Para comenzar, señalo que migrar al estilo de una licitación electrónica es tan ágil como útil, la plataforma de licitación electrónica te va guiando, te lleva paso a paso a través de la licitación pública y -a veces, incluso- te recuerda que deberías completar una parte antes de poder avanzar a la siguiente. Los procesos de licitación son diferentes, incluso es conveniente saber que en ocasiones el sistema de licitación electrónica se divide en secciones discretas y, por lo general, puede contener preguntas muy prescriptivas, por lo que será más fácil darle al cliente la respuesta que está buscando. Lo bueno, es que también existe una gran parte de información en el proceso que pondrías en juego en más de una licitación, por ejemplo, cuando ofertes a responder a alguna que sea de tu interés el perfil de tu empresa, las referencias, los casos de éxito etc. están almacenados y si los mantienes actualizados no tendrás que escribirlos ni imprimirlos cada vez que respondas a una licitación pública. Desde una mirada más global, es correcto afirmar que una plataforma de licitación electrónica consigue de alguna manera “nivelar” el campo de juego, ya que se tiene la certeza de que todos los oferentes responden las mismas preguntas y, a menudo, dentro de un límite de palabras establecido, por lo que debería ser mucho más fácil para el evaluador llegar a una decisión objetiva con una licitación electrónica que un concurso de ofertas convencional. Esto otorga un beneficio que siempre es un punto débil en los procesos licitatorios “a la antigua”: la transparencia. Entre otros ejemplos, queda claro que nadie podría enviar una oferta a través de una plataforma de licitación pública electrónica a menos que haya completado las secciones obligatorias y haya adjuntado los documentos que se requieren lo que hace imposible presentar una oferta que no responda ciento por ciento a lo solicitado. Por último –y no es un tema menor- la comodidad de poder realizar un seguimiento de sus ofertas. Una solución de licitación pública electrónica hace que te olvides de ir y venir, de hacer eternas llamadas telefónicas etc. Todo está allí, a la distancia de un clic. Vale la pena explorarlo… ¿no es así? |
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